Gracias a Cecilia Molano he conocido y podido colaborar en el nuevo trabajo de Maui de Utrera. Así fue como La Molano me dejó intervenir su diseño de portada a través del hilo, tensando y tendiendo la mirada que aparece a través de una pequeña ventana: un fragmento de rostro que es un autorretrato completo. El disco se llama Por arte de magia. De aquí sale también una pequeña edición de la portada hecha a mano, numerada y bordada una a una. Durante varias noches me puse a bordar horas y horas los ojos de Maui. Mi trabajo consistía en apelar a esa labor tan femeninamente crítica de tensar la mirada a través del bordado. En silencio y con música he tensado el hilo, he jugado con el color y, sobre todo, he descubierto que hay ojos que no necesitan más, hay ojos por los que puede salir todo un relato de uno mismo. Los ojos de Maui son como melodía sin letra, si entendemos la letra como especulación, del latín espejo. Son ojos a los que tensar la mirada con el hilo hace que la repetición no sea una ofensa, como diría el vals, sino el retrato poderoso de una artista. Sus ojos proclaman que nació en Utrera. Y en palabras de la propia Maui, "aún tengo pegado el olor a albero mojado de fiestas nocturnas en las que dormía sobre dos sillas de palo que para mí eran la mejor camita del mundo… y como nana, los cantes por soleá de Fernanda y Bernarda, el compás por bulería en la guitarra de mi padre, o tal vez la voz de mi tío Bambino irrumpiendo en mi sueño …De ahí vengo, de la raíz más bonita que se pueda tener, la de no tener nada y tenerlo todo…de disfrutar del pan con chocolate en la merienda con mis amigos del polígono, de pedir pocos regalos a los reyes magos y sentirme la niña más rica del universo".
De aquí sus ojos.
