Cuando un subrayado encuentra a otro subrayado algo sucede. Una demora, diría Carson, una coincidencia de vaso comunicante. La superposición de dos subrayados alrededor de dos lecturas de Autorretrato en espejo convexo de John Ashbery componen esta pieza de lecturas cruzadas para Escrito a Lápiz.
«La pieza parte de dos libros leídos y subrayados en tiempos y ejemplares diferentes por dos lectores: dos lecturas de un mismo título.
Tengo dos libros. Uno corresponde al lector uno (Desirée Rubio De Marzo) Y otro al lector dos (Martín Parra). Los dos libros llevan subrayados a lápiz. Junto ambas lecturas como si tendiera una partitura sobre una mesa, o como si desparramara migas sobre el mantel.
Compro un tercer libro igual: un ejemplar no leído, nuevo,
virgen de todo rastro lector.
Bordo con aguja e hilo los subrayados del lector uno en amarillo, y los subrayados del lector dos en azul. Es intencional. Son los colores de una llama, de una lectura que confluye y calidece. Y bordo con los mismos dos colores la mirada de la portada, sin orden alguno, de modo que se vean refractados los subrayados como espejo.
Abro el tercer libro
subrayado con hilo.
Veo estrías de algo que engorda y adelgaza a partes iguales, veo tejidos de palabras convertidos en llamaradas, veo pentagramas de concordancia, veo puntos y suturas, veo plumas amarillas y azules, veo acordes, veo estrías lingüísticas, estrías en el pensiero, estrías compartidas, veo cicatrices, heridas de a dos, calendario de recluso, tendales mutuos, tendedero común, marcas de corte, veo tejidos estelares. Veo un autorretrato doble y reflejado en uno y dos espejos. Veo dos personas juntas sacándose pétalos bidireccionalmente. Veo luz, luces irradiadas de heridas, veo heridas que emanan su propia luz. Veo azul y veo amarillo que se funden. Veo el espejo y lo siento en el cerebro. Veo la demora. Veo un lago. Veo un albaricoque existiendo. Veo brotar. Y veo enmudecer ante tal convergencia».