Todo empezó con una merienda, en 2018, cuando fui a visitar a Curro a su nueva casa en Barcelona y comí el mejor bikini del mundo, crujiente y dorado con mantequilla por las dos caras y con el queso fundido desbordando el pan. De ofrenda les dejé una postal bordada que ironizaba la vida de una mujer en pareja.
Curro no solo es el librero madrileño al que más echo de menos, también es un profesional de las meriendas con bikinis y es, junto a Magda, un gran editor. Hace año y medio me propuso que una de las postales de «Tender la mirada» ilustrara la portada de «El trabajo de los ojos» de Mercedes Halfon y no hubo unión más feliz. «Hola, cumbiera. Hemos pensado que el nuevo libro de Halfon tiene que llevar otra vez tus hilos en la portada». Ya solo escuchar que me llamara «cumbiera» me remontó a las fiestas de la Osa Moña que organizábamos juntos y en la que una vez terminamos pinchando en el Tempo II. Y como me suele pasar con algunos viejos amigos, dije «a todo sí».
«Diario pinchado» es una novela breve con formato de diario que narra la estancia en Berlín de una mujer (que podemos ser todas nosotras) que se siente extranjera en la ciudad. Es también un dietario de desencuentros y de un amor que se desinfla, sobre el extrañamiento y el arte de perderse. Halfon lo vuelve a hacer, y nos descubre un mundo lleno de grietas por el que, a pesar de todo, se filtra la luz.
«Las mujeres siempre fuimos consideradas buenas
administradoras de lo escaso.
Sabemos qué hacer con los restos».